A contracorriente busca el instante en que perdió la respuesta
Regalan una moneda al rio y él, codicioso, la traga
En el fondo de su lecho busca si cayó cara o cruz
Regalan una canasta al rio y él, amoroso, la levanta en su cabeza
Un bebé se desgaja del sombrero nuevo
Y cae hasta acunarse en regazo de piedra
El rio, desesperado, se convierte en leche
Tan pronto lo saben las bestias y los hombres de las orillas
Toman de él hasta convertirlo en camino
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