martes, 4 de junio de 2024
Email from my dad, August 2017
Sabrás, admiro la voz que nace de ti cuando escribes, su fluidez, su imaginario. Como a ti, me cuesta escribir, me cuesta encontrar el ritmo, la concatenación, las palabras adecuadas. Por eso juego a que estás conmigo, porque somos cómplices, y puedo contarte (como dice Tito Fernández) mis siniestras ideas. Pero tú has ido más lejos. Y en el tiempo más preciso, precioso, porque las décadas venideras se asoman ante ti para que puedas expanderte más aún. Cómo no estar orgulloso. Cómo no hablarle a mi entorno y gozar del privilegio de decir quién eres, lo que eres para mi. Cómo no pensar en que tendré que ampliar mi alma para dar cabida a todo lo que aún vendrás a darme. Por eso, me llama mucho la atención que en tus líneas me digas que quieres mi reconocimiento, mi orgullo, cuando soy quien te agradece esta pequeñez que siento al admirar tus logros, porque a través de tus logros sé que ya puedo sentarme en la entrada de casa, en mi pronta vejez, con tu libro en la mano, a leer y releer tus líneas, observando cómo el mundo alrededor me mira con complacencia, sino con envidia, porque poseo el orgullo que una gran escritora es mi hija, (¿o porque mi hija es una gran escritora?), y porque nadie más puede ser tu padre, ¿Quién no querría una hija así? 09.08.2017
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