lunes, 29 de julio de 2024

Algunas sugerencias para periodistas modestos

  * A mediados de 1984, el semanario "Jaque" de Montevideo se disponía a editar un diario (que luego postergó). En tales circunstancias, solicitó al periodista Homero Alsina Thevenet la redacción de algunas indicaciones sobre estilo periodístico. Eso dio origen a este texto.

1- Lea dos veces el siguiente párrafo de William Strunk:
"La escritura vigorosa es concisa. Una frase no debe contener palabras innecesarias, ni un párrafo debe contener frases innecesarias, por el mismo motivo que un dibujo no deberá tener líneas innecesarias ni una máquina partes innecesarias. Esto no supone que el escritor haga cortas todas sus frases, ni que evite los detalles ni que trate sus temas sólo en líneas generales, sino que toda palabra importe.

2- Comience toda nota en el centro del tema, especialmente si el propósito es informativo. Las primeras líneas deben apresurarse a establecer Qué, Quién, Dónde, Cuándo.
El Cómo puede esperar al segundo párrafo. Esos datos no serán obligatorios si su sobreentendido es claro para todo lector, pero hay que evitar la vaguedad, el equívoco y el devaneo literario. La regla rige para la buena parte del mejor periodismo moderno. Véase el caso A en la Addenda.

3- Elimine al máximo el Yo, el Nosotros, los otros pronombres respectivos (me, mí, nos) y los verbos en primera persona del singular y del plural. El enfoque gramatical de primera persona debe reservarse para aquello que sea absolutamente intransferible. Véase el caso B.

4- Prefiera la frase positiva en lugar del doble negativo. Prefiera el dato concreto en lugar del aproximado. El lector debe recibir una sensación de seguridad. Véase el caso C.

5- Sea moderado con adverbios y adjetivos. No los acumule si son similares entre sí. Reúnalos cuando sean complementario o contrastados ("La habitación tenía un cerrado, húmedo olor..."). Véase el caso D.

6- Cuide los paréntesis y los entreguiones. Un paréntesis debe contener datos incidentales como acotación útil al texto (una fecha, un sitio), pero el paréntesis que excede las dos líneas, o que adquiere vida propia, obliga a rehacer la frase, quizá partiéndola en dos. Recuerde que la frase principal debe conservar una ilación gramatical tras el cierre del paréntesis, exactamente como si éste no hubiera existido. Recuerde también otra ilación más útil, porque un paréntesis con cambio de sujeto, o cambio en el tiempo verbal, puede desviar al lector de su senda anterior.

7- Salvo casos de extrema necesidad, elimine:
7a- Los signos de interrogación; el lector quiere respuestas y no preguntas. Eso conduce, simplemente, a que deberán escribirse las respuestas sin escribir las preguntas respectivas. En los reportajes, donde los signos de interrogación son necesarios, el lector ambiciona encontrar una coherencia entre preguntas y respuestas. Las solución es concentrar unas y otras a lo que sea relevante. En especial, hay que abreviar las preguntas extensas o complicadas. Quien hace la entrevista puede lucirse por la astucia de sus preguntas, pero no por sus disertaciones.
7b- Los signos de admiración; el concepto deberá ser bastante asombroso con sólo enunciarlo, sin que usted le coloque una bandera encima.
7c- Los puntos suspensivos, que suelen dar una sensación de vaguedad o de escasez informativa.

8- Elimine las referencias al hecho mismo de estar escribiendo una nota. Sea un espejo sin decir "aquí estoy como un espejo". La prosa tersa no se dobla sobre si misma. Véase el caso E.

9- Procure un flujo natural para el desarrollo de su exposición. A fin de evitar una exposición entrecortada o vacilante:
9a- No adelante lo que tendrá que decir después: a la repetición agregaría una posible frustración de la expectativa.
9b- No retroceda a reiterar lo que ya dijo. Si usted se repite, incurre en uno de dos errores posibles: o ha sido incorrecta la primera formulación, o presume (ofensivamente) que el lector no ha comprendido una formulación que era correcta. Véase el caso F.

10- Rescriba toda vez que pueda hacerlo. Lo han hecho, hasta el agotamiento, casi todos los grandes escritores, a veces con terceras y cuartas versiones del texto original. En ese proceso de corrección es imperioso ser severo, una idea puede resultar confusa para el lector común, una frase puede estar demasiado recargada. Si tiene a mano un lector que ignore el tema, confíele una primera revisión del texto. Si él no entiende algo, la culpa es de usted.

11- Elimine rodeos y larguezas. Un título periodístico llega a alargarse para llenar espacios, como "se experimentaron precipitaciones pluviales en todo el sur de la república", pero siempre será mejor que usted escriba, llanamente, "llovió en todo el sur del país".

12- Prefiera la palabra concreta a la abstracta. Toda formulación verbal incluye un margen de abstracción y de vaguedad, incluso en declaraciones tan simples como "ese árbol tiene manzanas verdes". Pero un exceso de abstracción es una invitación a que el lector comparta los elaborados procesos mentales del escritor. En periodismo, el lector suele resistirse. Véase el caso G.

13- Desconfíe de los nuevos léxicos, incluso si están bendecidos or una Academia en Madrid. Es mejor escribir standard que estándar, pero si no quiere utilizar una palabra extranjera, procure un equivalente en castellano (habitual, normal, reglamentario, frecuente, común, etc.). Es mejor escribir whisky, jockey, film, que güisqui, yoquey, filme (en lo cual incurre "El País" de Madrid). En un ensayo que quiso ser su propia nota necrológica, Jorge Luis Borges señaló que ciertas lecturas le ayudaron a simplificar el vocabulario, "entorpecido entonces de curiosas fealdades: acomplejado, agresividad, alineación, búsqueda, concienciar, conducción, coyuntural, generacional, grupal, negociado, promocionarse, recepcionar, sentirse motivado, sentirse realizado, situacionismo, verticalidad, vivenciar". Agrega con humor: "Quienes condescendían a esa jerga exaltaban públicamente el estilo de Borges".

14- Recuerde quién es el dueño de la prosa. No es usted. No es su Jefe de Redacción, ni su Director, ni el Administrador del diario o semanario. Es su lector. Si usted no lo seduce en las primeras cuatro líneas, si le complica la comprensión, si el texto se ramifica o divaga, el lector se va de inmediato. Y además, no vuelve.

15- Hay muchos estilos para escribir, y ninguno de ellos puede ser encerrado en unas pocas frases de instrucciones. No hay manuales para formar un Marcel Proust, un Borges, un ajedrecista, un pianista, un carpintero. Pero hay manuales que ayudan a no cometer errores. El periodista veterano no necesita instrucciones (y aunque las necesite, no las quiere). El periodista más nuevo debe saber que el estilo no es una salsa que se agrega a la prosa: es la manera de enfocar esa prosa, y esa manera comienza por la comprensión del tema. Su situación es muy similar a la que viven un arquitecto, un clarinetista, un pintor, con la diferencia de que su difícil misión es transmitir una parte de la realidad.

16- A Tomás Eloy Martínez se debe otra recomendación: "En cada línea un dato; en cada párrafo una idea". Este precepto ayuda a eliminar líneas y párrafos.

http://www.periodismo.net/redaccion/Documento%20semana%203.html

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