Hay otras formas de narrar que no se focalizan en el conflicto. Por ejemplo, tenemos el kishotenketsu, que es un tipo de narración oriental que se centra en la exposición y el contraste.
La estructura del kishotenketsu parece que tiene su origen en la poesía china y japonesa, y se ha exportado a otras culturas sobre todo a través del manga y los videojuegos.
¿No te has dado cuenta de que al leer o ver cine asiático se aprecia un ritmo distinto en la narración? Si no estamos habituados a este tipo de relatos quizá notemos un tempo más pausado y una disposición de los elementos de la trama que no tiene que ver tanto con «cosas que solucionar» sino más bien con la contemplación profunda de algún aspecto de la realidad o de un tema.
La estructura narrativa del kishotenketsu se compone de cuatro actos: introducción, desarrollo, giro y reconciliación. En estas cuatro partes se narran dos eventos sin aparente relación, pero que al sumarse se transciende su significado.
KI – introducción
En este primer acto, al igual que en la narrativa occidental, se introduce la premisa de la obra y los agentes principales. Se presentan los personajes, la época, el lugar y toda la información necesariapara entender la historia principal.
SHO – desarrollo
En esta segunda parte se desarrolla la premisa del primer acto, siguiendo una lógica de causa-efecto, parecida a la de nuestra narrativa tradicional. A veces el ki y el sho pueden aparecer tan juntos que parece que forman un solo acto. Aunque el shodesarrolla la tensión que prometía la premisa, lo hace sin grandes cambios ni sobresaltos.
TEN – giro
Este es el acto que introduce la mayor parte de la tensión narrativa, porque de repente aparece un elemento aparentemente fuera de la historia que lo pone todo un poco patas arriba. Este punto de inflexión en la historia supone cierto desequilibriocon respecto a lo narrado en el ki y el sho. A veces el giro del ten consiste en la introducción de un elemento misterioso, que sorprende al lector, o sencillamente de un relato que no parece tener relación directa con la historia principal.
En este acto podríamos enmarcar la aparición de los espíritus del bosque en Mi vecino Totoro, o el regreso al hogar familiar del protagonista de Kokoro, de Natsume Sōseki.
KETSU – reconciliación
Este último acto actúa como conclusión de ambas historias, y unifica el contraste entre los dos primeros actos y el tercero. Es la reconciliación entre los dos elementos yuxtapuestos tan dispares, que juntos alcanzan un nuevo significado. Es lo que sucede en la última parte de Kokoro, donde la carta de Sensei arroja luz sobre todo lo anterior. en este último acto se puede producir un cambio o un aprendizaje, pero no es algo obligatorio.
Como ves, el atractivo de este tipo de estructura no reside en el conflicto del héroe contra algo, sino en el choque y contraste de los elementos del ki y el sho con el elemento del ten. Mientras que en la narrativa occidental el lector sigue pasando páginas para averiguar si el protagonista conseguirá su objetivo o no, el lector de este tipo de historias espera ver cómo se integran todas las partes de la trama en un nuevo equilibrio.
Como señalaba al principio, me parece que nuestras estructuras dicen mucho de nuestra forma de ver el mundo. Entonces, ¿qué dice de nosotros, como sociedad, el que nuestra estructura narrativa tradicional se base en el conflicto y en la lucha? ¿Es realmente imprescindible el conflicto para enganchar al lector en una historia?
Compartido por Emilio, en el taller de Catalonia, 2025.

jueves, 2 de octubre de 2025
La narración contemplativa del kishotenketsu
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