No es la Humanidad entera lo que se ha reunido aquíen la Sale de Sesiones.
Mas todos los problemas de la Tierra es posible
que tengan su lugar en la Tabla del día de hoy.
Tendrían que ver a los vehementes jóvenes
y a las vehementes muchachas,
que ocupan todas las butacas
y se agolpan en las puertas de acceso
y rodean por todos lados a la Presidencia
sentados en el suelo.
Ah y los oradores que hablan desde la testera
o desde el fondo o d e un flanco de la sala
y la chiquilla de lentes a mi lado
que mueve la cabeza en direcciones contrapuestas
como una buena espectadora de tenis de mesa.
Ah y todos los cigarrillos encendidos
que echan tanto humo como una verdadera usina.
Habrá que destacar que el joven Marx se encuentra presente
en un rincón de la sala.
Marx escucha atentamente a los oradores
y hace rápidas anotaciones
y continúa escuchando atentamente.
Tengo que informar además que el joven Cristo
no ha aparecido por acá.
Pero yo sé que hará su entrada unos instantes más
y se unirá al desfile de protesta.
Tenga cuidado con los carros lanza-agua de la policía,
con los gases lacrimógenos,
con los duros bastones de la policía, Cristo.
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