Este segundo hijo tuyo, esposa mía
Esta segunda esperanza
Esta cosa viva que crece pese a todo allí dentro
Vivirá por el poder sin límites
De este tenaz, exiliado amor.
Este segundo hijo tuyo, grávida mía
No morirá a la quinta jornada
Ni habrá que enterrarlo en un pequeño ataúd blanco
Ni caminar llorando otra vez por entre tumbas recién abiertas.
Este segundo hijo vivirá y correrá bajo el sol.
Este segundo hijo tuyo
Esta palpitación que pertenece al futuro, vivirá
Porque habrá compartido antes de nacer
Tu fe y la mía
La ternura de un indomable, cotidiano
Sobresaltado amor.
Tenacidad de lluvia o de musgo
Que renace con la primera llovizna
Este segundo hijo vivirá y correrá bajo el sol.
Y aunque no lo quieran los tiranos
Y suenen cerca las sirenas
Aunque las cárceles y los estadios
Los teatros, las escuelas
Se llenen de caras conocidas, todo sirva de cárcel
Y veamos tras las rejas amigos
Con los que un día uno cruzó una palabra, un saludo
Gritó al mismo tiempo una consigna
Se abrazó en días de júbilo o de luto.
Por esos rostros amigos
Que ahora sólo viven en la memoria
Esa cosa de tu vientre vivirá.
Ese segundo hijo tuyo, esposa mía
Sabrá algún día que nació en tiempos de excepción
Cuando la tortura era una política de Estado
Y el Estado de Sitio un todopoderoso Señor.
Sabrá que su madre lo llevaba dentro del vientre
Y que con él entraban ideas prohibidas
Con la tinta todavía fresca
A lugares donde el control no quería
La vida de las ideas.
Amada mía: tu segundo hijo vivirá
La muerte será vencida una vez mis por la vida
Y el hijo de este amor correrá bajo el sol.
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